Lo que contamina un aerogenerador


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Aerogenerador de Gamesa.¿Cuál es el impacto ambiental de los aerogeneradores cuyas palas se han ido multiplicando por casi todo el país? A diferencia de las centrales eléctricas tradicionales, la gran ventaja de estos gigantescos molinos modernos es que proporcionan energía limpiaa partir del simple viento, sin contaminar, ni dejar residuos peligrosos. Sin embargo, esto no quita que, a lo largo de todo su ciclo de vida, también causen diversos tipos de afecciones sobre el medio ambiente.
Antes de ponerse a girar sus palas para generar kilovatios no contaminantes, habrá sido preciso fabricar sus diferentes partes, transportarlas y montarlas en el lugar indicado. Y esto implica transformar recursos, generar emisiones y usar otras energías no tan limpias; es decir, contaminar. ¿Cuánto tardan estas máquinas en producir la energía que ha costado fabricarlos y montarlos? No mucho: 153 días.
Esto es al menos lo que estimó(1) Eduardo Martínez Cámara, responsable de I+D en el Grupo Eólicas Riojanas y profesor asociado del departamento de Ingeniería Mecánica de laUniversidad de la Rioja, a partir del análisis del ciclo de vida (ACV) de un aerogenerador Gamesa G8X de dos megavatios (MW), instalado en el parque eólico de Munilla (también en La Rioja). Considerando que esta máquina tenga una vida útil de 20 años (el tiempo garantizado por lo general por los fabricantes), esto significa que antes de su hipotético desmantelamiento habrá generado 47,4 veces la energía necesaria para su fabricación. Esto es bastante más de lo que se consigue con unas placas fotovoltaicas; pues se calcula que una de estas instalaciones solares produce en sus 30 años de vida útil cerca de 16 veces la energía utilizada en su creación si está en Sevilla, 15 veces si está en Madrid y 13 veces si está en Barcelona(2).
De forma posterior, este investigador de La Rioja ha seguido trabajando en nuevos estudios para aportar mayor precisión a estos resultados. Uno de los factores que pueden variar el impacto ambiental de estas máquinas está en el desgaste que sufran y el mantenimientoque haya que realizar. “No es que se tengan que cambiar muchas piezas, pero éstas son muy grandes”, indica Martínez Cámara, que ha analizado como el aumento del impacto puede ser de alguna forma compensado por la reparación y reutilización de los componentes. “Una pala pesa en torno a seis toneladas; supón que durante los 20 años de vida útil de la máquina hay que cambiar una vez el rotor completo por rotura de las tres palas. Eso implica volver a fabricar tres palas, volver a montarlas en el aerogenerador y enviar al vertedero las viejas”.
En un aerogenerador de 70 metros de alto y 80 metros de rotor, por lo general las partes con un mayor impacto son las palas y la cimentación. Otra de las claves que pueden alterar el balance ambiental de las turbinas es lo que ocurra con cada uno de sus componentes al convertirse en residuos. A diferencia de la torre, cuyo acero puede reciclarse, aquí el componente más problemático es el rotor, las palas, que están fabricadas de un composite, mezcla de fibra de vidrio y resinas epoxi (en las palas más grandes se utiliza también fibra de carbono). Aunque todavía no ha pasado suficiente tiempo para que ningún parque eólico llegue a esos 20 años en los que se estima que podría llegar al final de su vida y no existen experiencias de instalaciones desmanteladas, sí que ocurre que haya que sustituir unas palas deterioradas. Y, entonces, el destino de esta pieza, hoy en día, es el vertedero. Sin embargo, según ha calculado Martínez Cámara, el que pudiese reciclarse este componente reduciría el impacto global del aerogenerador en un 6%. Quizá no parezca un porcentaje muy alto por sí solo, pero como explica el investigador, da idea de la importancia del reciclado de cada una de las piezas para el conjunto del aerogenerador.
En la metodología de Análisis de Ciclo de Vida utilizada por este profesor de La Rioja se contemplan los efectos relacionados con categorías de impacto estandarizadas como ecotoxicidad, uso de la tierra, combustibles fósiles, cambio climático, cancerígenos, capa de ozono… Ahora bien, no se tienen en cuenta varios de los impactos ambientales que más importancia pueden tener en un aerogenerador; es el caso de la contaminación visual o de los daños causados a la avifauna.
En lo que se refiere al impacto sobre el paisaje, a menudo resulta difícil de medir por ser un factor bastante subjetivo. Aún así, parece claro que puede ir incrementándose según aumente el número de parques eólicos, que ya están por los 20.000 MW marcados como objetivo para 2010. La tendencia es colocar menos aerogeneradores, pero más grandes.
En cuanto a la mortalidad de aves provocada por las palas de estas máquinas existen muchos estudios con resultados muy diferentes. ¿Cuál es el impacto real de estos aerogeneradores? “No te puedo decir ni que sea alto, ni bajo, depende muchísimo de la localización, puede ser cero o muy grande”, explica Manuela de Lucas, investigadora del Departamento de Etología y Conservación de la Biodiversidad de la Estación Biológica de Doñana, que lleva casi 15 años estudiando este problema.
Como especifica, la especie más afectada es el buitre leonado, ya que su forma de volar consiste justamente en planear aprovechando el viento. Según el modelo predictivo que ha desarrollado, más que de la cercanía a las poblaciones de estas aves, los daños de los aerogeneradores parecen depender de que estén colocados en corrientes de aires utilizadas por estos animales para desplazarse. “Hay filas de aerogeneradores que matan mucho y otras a tan sólo unos pocos metros que no hacen nada”, comenta.

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